Nuestros recuerdos de la algarrobina, se remontan a nuestra niñez, cuando nuestra mamá, preparaba jugos y le agregaba ese néctar negro, muy arómatico, con un sabor delicioso, que le daba un sabor distinto a los jugos y ella siempre decía “esto tiene muchas vitaminas”. Aunque no es un producto de primera necesidad, debería serlo, debido a sus maravillosas propiedades.

Nuestra algarrobina, es obtenida mediante técnicas artesanales, las cuales simplemente extraen lo mejor del fruto del algarrobo. Ese néctar puro, sin ningún proceso químico, al que no se le agregó nada, es una excelente fuente de vitaminas y minerales naturales, como el hierro, por lo que ayuda a prevenir la anemia.

¿Sabías que la algarrobina contiene el aminoácido triptófano? Este aminoácido hace que el cerebro segregue serotonina, lo que genera sensaciones de bienestar, relajación, satisfacción, lo cual ayuda a prevenir el estrés, el nerviosismo y la depresión de las personas. Recordemos que el cuerpo no puede producir este aminoácido por sí mismo, sino que debe obtenerlo a partir de los alimentos que se ingieren. Por ello, el consumo de algarrobina es perfecto.

¡Y es una fuente natural de energía debido a sus azúcares naturales!

¿Y que sabemos del algarrobo? El algarrobo, es una maravilla de la naturaleza. Es un árbol ancestral, que era estimado y venerado como ser sagrado y dotado de sabiduría por las antiguas civilizaciones del Mediterráneo, así como, sorprendentemente, en los países andinos se consideraba, y sigue considerándose, árbol de la vida y del conocimiento, ser divino y diabólico.

En nuestro Perú, en el departamento de Lambayeque, se encuentra el Santuario Histórico Bosque de Pómac, área protegida de la región, creada en 2001, con el fin de preservar las 5.887,38 hectáreas de bosque seco y los animales y vegetales únicos que viven allí, así como al conjunto de los antiguos centros ceremoniales de la Cultura Sicán o Lambayeque. También se encuentra el “algarrobo milenario” que, según estudios, se calcula que existe desde el periodo del Sicán Medio (850-1100 d.C.). Y este maravilloso árbol, sobrevive aún.

Valoremos lo que la naturaleza nos regala, cuidémosla y disfrutemos sus regalos.

Referencias
Cairati, Elisa (2013). Historia cultural del algarrobo, desde la cuenca del Mediterráneo hasta la Costa Norte de Perú. Università degli Studi di Milano.