¿Quién no ha degustado un sabroso helado de lúcuma? Su sabor es inigualable y para nosotros, no solo tiene que ver con su sabor, sino también con la historia de nuestra familia. Los recuerdos que vienen a la mente, son las pepas de lúcuma, en diversas zonas del mercado de Yungay, frente al que se encontraba el restaurant de nuestro abuelo. Esas pepas brillantes que nos generaban curiosidad, por lo hermosas que eran.

Y es en Ancash donde conocimos este maravilloso fruto, ir a Caraz a saborear los helados artesanales de lúcuma era toda una aventura. Ahora no solo hay helados, sino también manjar de lúcuma, una exquisitez para el paladar.

Su fruto arenoso y dulce, con ese color tan vivo, deja una sensación de alegría y agradecimiento, agradecimiento a la naturaleza por brindarnos un fruto único, propio de nuestros andes.

Y por esto, la lúcuma ha sido considerada como el oro de los incas. Según cronistas e historiadores, el uso de la lúcuma proviene de épocas anteriores al Incanato, el mismo que se evidencia en imágenes moldeadas en huacos de la cultura Mochica, la misma que se desarrolló en la Costa Norte del Perú.

¿Y cómo se las traemos a ustedes?, en forma de polvo. Nuestra lúcuma es deshidratada al sol, sin ningún otro refinamiento, para que mantenga sus propiedades. Contiene fibra soluble e insoluble que ayuda a prevenir el estreñimiento. Regula la concentración de glucosa en sangre.

Es rica en vitaminas como niacina, tiamina, riboflavina y ácido ascórbico, así como minerales como calcio, fósforo y hierro, esenciales para prevenir la anemia y el cáncer, así como reforzar el sistema inmunológico. También contiene betacaroteno, un antioxidante que retarda el envejecimiento.

¡Aprovéchalo en tus jugos y postres!

Referencias
Lucuma. www.midagri.gob.pe